Seguidores

domingo, 17 de mayo de 2015

DESENMASCARADO EL MACEDISMO





Por Tito Martínez.
 
En este breve y sencillo estudio bíblico vamos a analizar unos cuantos pasajes del Nuevo Testamento, unos textos que desenmascaran el macedismo y lo identifican sencillamente como una organización absolutamente satánica, cuyo único fin es ROBAR y enriquecer a los falsos pastores de esa apestosa secta pentecostaloide, especialmente la líder de esa secta del diablo, llamado Edir Macedo.
Esa secta como todos sabemos se autodenomina con varios nombres, pero el que mejor le corresponde es el de MACEDISMO, ya que ellos son seguidores fanáticos de ese engendro del diablo, ladrón y avaro llamado Edir Macedo, uno de los mayores falsos pastores y emisarios de Satanás que existen en este podrido mundo que está bajo el poder del maligno, pero que ya está cerca a su destrucción.

1- La doctrina fundamental del macedismo es lo que teológicamente se conoce desde hace siglos como SIMONÍA, es decir, intentar comprar las bendiciones de Dios por medio del dinero. Esto lo vemos en este pasaje bíblico, referente a ese engendro del diablo de la época apostólica llamado Simón el mago. Leamos el pasaje, porque no tiene desperdicio:

Hch 8:18  Cuando vio Simón que por la imposición de las manos de los apóstoles se daba el Espíritu Santo,  les ofreció dinero,
Hch 8:19  diciendo:  Dadme también a mí este poder,  para que cualquiera a quien yo impusiere las manos reciba el Espíritu Santo.
Hch 8:20  Entonces Pedro le dijo:  Tu dinero perezca contigo,  porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero.
Hch 8:21  No tienes tú parte ni suerte en este asunto,  porque tu corazón no es recto delante de Dios.
Hch 8:22  Arrepiéntete,  pues,  de esta tu maldad,  y ruega a Dios,  si quizás te sea perdonado el pensamiento de tu corazón;
Hch 8:23  porque en hiel de amargura y en prisión de maldad veo que estás.
Hch 8:24  Respondiendo entonces Simón,  dijo:  Rogad vosotros por mí al Señor,  para que nada de esto que habéis dicho venga sobre mí.

Observemos como Simón el mago decía que creyó en Jesús, y hasta fue bautizado en agua (Hch.8:13), pero era un falso cristiano que no había entendido absolutamente nada del Evangelio. El lo que deseaba a toda costa es tener el poder para dar el espíritu santo a otros, y esa bendición o poder de Dios lo quiso comprar con dinero, él daba cierta cantidad de dinero al apóstol Pedro para que él le diera ese poder. Entonces Pedro, hablando en lenguaje vulgar, se puede decir que lo mandó a la mierda, ¡¡le deseó la muerte, junto con su dinero!!, porque el mago Simón creía que el don de Dios se compra con dinero. 
Pedro le dijo que él no tenia parte ni suerte en este asunto, y que él estaba en prisión de maldad. Pues exactamente lo mismo ocurre en el macedismo. Los miembros descerebrados de esa apestosa secta creen que las bendiciones de Dios se compran con dinero, o lo que ello llaman, dando "sacrificios de dinero" o de bienes, como casas o tierras, a la secta, creyendo esos pobres idiotas de esa secta que todo ese dinero se lo están dando a Dios, para que así Dios les pueda bendecir a ellos con bienes materiales, es decir, PRETENDEN COMPRAR LAS BENDICIONES DE DIOS CON DINERO,exactamente lo mismo que hizo Simón el mago. Obviamente todo ese dinero que han robado a sus descerebradas ovejas va a parar a las arcas o a los bancos de los falsos pastores de esa secta, y especialmente a las manos del jefe de esa secta, el engendro del diablo Edir Macedo, para que ellos puedan vivir a todo lujo a costa del dinero que han robado. En realidad esos descerebrados miembros de esa secta apestosa del macedismo SE MERECEN QUE LES ROBEN Y LES ARRUINEN, POR QUERER COMPRAR LAS BENDICIONES DE DIOS CON DINERO. Igual que Simón el Mago, los miembros de esa secta del diablo están en hiel de amargura y en prisión de maldad, tal como dijo Pedro.
Por lo tanto, el macedismo es seguidor de Simón el mago, practican la simonía, y lo que les espera es la muerte, pero la muerte segunda en el lago de fuego, si antes no se arrepienten, donde irán a parar todos los ladrones y mentirosos.

2- Estos pasajes de los apóstoles Pablo y Pedro se aplican perfectamente al líder de esa secta del diablo, llamado Edir Macedo, y al resto de falsos pastores de esa y de otras muchas sectas mas del SIA:

1Ti 6:3  Si alguno enseña otra cosa,  y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo,  y a la doctrina que es conforme a la piedad,
1Ti 6:4  está envanecido,  nada sabe,  y delira acerca de cuestiones y contiendas de palabras,  de las cuales nacen envidias,  pleitos,  blasfemias,  malas sospechas,
1Ti 6:5  disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad,  que toman la piedad como fuente de ganancia;  apártate de los tales.
1Ti 6:6  Pero gran ganancia es la piedad acompañada de contentamiento;
1Ti 6:7  porque nada hemos traído a este mundo,  y sin duda nada podremos sacar.
1Ti 6:8  Así que,  teniendo sustento y abrigo,  estemos contentos con esto.
1Ti 6:9  Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo,  y en muchas codicias necias y dañosas,  que hunden a los hombres en destrucción y perdición;
1Ti 6:10  porque raíz de todos los males es el amor al dinero,  el cual codiciando algunos,  se extraviaron de la fe,  y fueron traspasados de muchos dolores.
1Ti 6:11  Mas tú,  oh hombre de Dios,  huye de estas cosas,  y sigue la justicia,  la piedad,  la fe,  el amor,  la paciencia,  la mansedumbre.

2Pe 2:1  Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo,  como habrá entre vosotros falsos maestros,  que introducirán encubiertamente herejías destructoras,  y aun negarán al Señor que los rescató,  atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina.
2Pe 2:2  Y muchos seguirán sus disoluciones,  por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado,
2Pe 2:3  y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas.  Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda,  y su perdición no se duerme.

Esos pasajes son bien claros. Pablo los llamó hombres corruptos de entendimiento, y privados de la verdad. Son sujetos corrompidos por el dinero, que lo único que ambicionan es el dinero y las riquezas, como Edir Macedo y otros muchos más. Todos ellos toman la piedad como fuente de ganancia, o dicho en otras palabras, para ellos la religión es el medio para hacerse ellos ricos, a costa de ROBAR a otros diciéndoles que "sacrifiquen a Dios", pero ellos entienden esa frase de "sacrificar para Dios" como "dar dinero a la secta", para que así los jefes de esa secta del diablo puedan enriquecerse y vivir a cuerpo de rey en grandes casas y mansiones rodeados de lujos. 

3- El verdadero sacrificio que hemos de dar a Dios no tiene que ver absolutamente nada con dar dinero a los líderes de una iglesia o secta,sino que cuando el Nuevo Testamento habla del verdadero sacrificio que los cristianos hemos de dar a Dios se refiere siempre a lo siguiente:

Rom 12:1  (CST-IBS) Así pues, hermanos míos, con el pensamiento puesto en la inagotable misericordia de Dios, os ruego que le presentéis vuestro cuerpo como un sacrificio vivo y santo, entregado por entero a su servicio. Esta será vuestra más auténtica manera de rendirle culto.
Rom 12:2  No os conforméis a este siglo,  sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento,  para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios,  agradable y perfecta.

Heb 13:15  Así que,  ofrezcamos siempre a Dios,  por medio de él,  sacrificio de alabanza,  es decir,  fruto de labios que confiesan su nombre.
Heb 13:16  Y de hacer bien y de la ayuda mutua no os olvidéis;  porque de tales sacrificios se agrada Dios.

Como puede ver, los apóstoles JAMAS dijeron que el sacrificio que hemos de dar a Dios sea el de nuestro dinero, para dárselo a los jefes de la iglesia o secta. Lo que dijeron los apóstoles es que el sacrificio que a Dios le agrada es el de nuestro CUERPO, entregado al servicio de Dios. ¡No el sacrificio de nuestro dinero, sino el de nuestro cuerpo!, ese es el verdadero culto que hemos de dar a Dios el Padre.
Y en el pasaje de Hebreos 13:15-16 se dice bien claro que hemos de ofrecer a Dios, por medio de Cristo, sacrificio de ALABANZA, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre. ¡¡En ninguna parte dijo que ofrezcamos a Dios sacrificios de dinero!!. Y además el pasaje dice que esos sacrificios consisten también en hacer el bien, y ayudar a otros hermanos que lo necesiten, porque de esos sacrificios se agrada Dios. Sin embargo, los emisarios de Satanás, como los avaros Edir Macedo y otros muchos más lobos rapaces, han falsificado esta clara enseñanza apostólica, y se han inventado lo de los "sacrificios de dinero", intentando comprar las bendiciones de Dios con dinero, creyendo los muy idiotas que de esta manera están agradando a Dios con sacrificios santos y verdaderos. Sin embargo, los miembros de esas sectas del diablo han sido engañados y cegados por Satanás, el padre de la mentira. La ignorancia bíblica de ellos los ha convertidos en pobres IDIOTAS o descerebrados y descerebradas, que se dejan ROBAR de la forma más descarada a causa de su supina ignorancia bíblica, ellos creen los muy imbéciles que cuanto más dinero "sacrifiquen" para la secta, entonces Dios los va a bendecir más y más, o los va a hacer ricos a ellos, lo cual es una asquerosa mentira satánica. Lo que están haciendo ellos es SIMONÍA, es decir, están intentando comprar las bendiciones y el poder de Dios con dinero, y como dijo el apóstol Pedro, ellos están en hiel de amargura y en prisión de maldad, y hasta que ellos no se arrepientan, despierten y salgan corriendo de esas sectas apostatas y del diablo, ellos seguirán siendo ESCLAVOS de esas apestosas sectas, siendo controlados mentalmente por los falsos pastores de esas organizaciones. Pero ya recibirán en el día del juicio lo que se merecen, pues como dijo el apóstol Pedro: 

Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda,  y su perdición no se duerme. (2Pe.2:3).

martes, 5 de mayo de 2015

¿Qué es el fin?






Al oír las palabras “el fin está cerca”, ¿qué le viene a la mente? ¿Piensa en un predicador con ojos desorbitados, agitando la Biblia y gritando a voz en cuello desde el púlpito? ¿O se imagina un gran asteroide a punto de chocar contra la Tierra, un desastre ecológico de escala mundial o un apocalipsis nuclear? Ante ese tipo de imágenes, algunos se asustan, otros se quedan como si nada y otros se burlan.

La Palabra de Dios dice sin rodeos: “Vendrá el fin” (Mateo 24:14). A ese fin también se le llama en la Biblia “Armagedón” y el “gran día de Dios” (Revelación [Apocalipsis] 16:14, 16, nota). Ahora bien, las religiones enseñan cosas muy distintas sobre el fin, y circulan muchas ideas extrañas y catastrofistas. Pero ¿qué es el fin del que habla la Biblia? Ella misma nos lo explica claramente. Y no solo eso, nos ayuda a ver que ese fin está cerca y nos muestra cómo sobrevivir. Acudamos a ella para aclarar algunas ideas y definir bien lo que es el fin. Luego veremos qué va a llegar a su fin exactamente.


 ACLARACIONES SOBRE EL FIN

EL PLANETA NO SERÁ DESTRUIDO POR FUEGO
La Biblia declara: “[Dios] ha fundado la tierra sobre sus lugares establecidos; no se le hará tambalear hasta tiempo indefinido, ni para siempre” (Salmo 104:5). En este y otros pasajes, la Biblia nos asegura que Dios jamás destruirá la Tierra y que nunca permitirá que nada ni nadie la destruya (Eclesiastés 1:4; Isaías 45:18).

EL FIN TIENE FECHA Y HORA
Aunque hay quienes piensan que el fin no tiene fecha, la Biblia revela que Dios ha fijado un día específico para traerlo. En ella leemos: “Respecto a aquel día o la hora, nadie sabe, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Sigan mirando, manténganse despiertos, porque no saben cuándo es el tiempo señalado” (Marcos 13:32, 33). Está claro que Dios, “el Padre”, ya tiene un “tiempo señalado” para el fin.

EL FIN NO SERÁ CAUSADO POR EL HOMBRE NI POR UN METEORITO
¿Qué o quién dará inicio al fin? El libro bíblico de Apocalipsis dice: “Y vi el cielo abierto, y, ¡miren!, un caballo blanco. Y el que iba sentado sobre él se llama Fiel y Verdadero [...]. Y vi a la bestia salvaje y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos reunidos para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo y contra su ejército” (Revelación [Apocalipsis] 19:11-21). Por supuesto, el lenguaje de este pasaje es simbólico, pero podemos entender al menos lo siguiente: Dios enviará un ejército de ángeles para exterminar a sus enemigos.


El fin del que habla la Biblia es una buena noticia para la humanidad

¿EL FIN DE QUÉ?

Los escogidos saliendo de la batalla de Armagedón

EL FIN DE LOS GOBIERNOS
La Biblia señala: “El Dios del cielo establecerá un reino [un gobierno] que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos  reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos” (Daniel 2:44). Como vimos en la aclaración 3, “los reyes de la tierra” se unirán “para hacer la guerra contra el que iba sentado en el caballo y contra su ejército” (Revelación 19:19). Pero el Reino de Dios los triturará.

EL FIN DE LA GUERRA, LA VIOLENCIA Y LA INJUSTICIA
Dios hará “cesar las guerras” en todo el mundo (Salmo 46:9). Fijémonos también en lo que dice este pasaje: “Los que practican la justicia habitarán la tierra, y los íntegros morarán en ella. Pero los que practican la injusticia serán arrancados de la tierra” (Proverbios 2:21, 22, Martín Nieto [MN], 1992). Y Apocalipsis añade que Dios hará “nuevas todas las cosas” (Revelación 21:4, 5).


 EL FIN DE LAS RELIGIONES QUE HAN DECEPCIONADO A DIOS Y A LA GENTE
Refiriéndose a los religiosos hipócritas, el libro bíblico de Jeremías dice: “Los profetas profetizan mentiras, los sacerdotes enseñan con su mal ejemplo. [...] Mas ¿qué [harán] cuando llegue el fin?” (Jeremías 5:31, MN). ¿Qué les espera a dichos religiosos? El propio Jesús responde: “Muchos me dirán en aquel día [en el fin]: ‘Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre ejecutamos muchas obras poderosas?’. Y sin embargo, entonces les confesaré: ¡Nunca los conocí! Apártense de mí” (Mateo 7:21-23). 

EL FIN DE LA GENTE QUE AMA LA MALDAD Y APOYA LA INJUSTICIA

Jesucristo dijo: “Esta es la base para el juicio, que la luz ha venido al mundo, pero los hombres han amado la oscuridad más bien que la luz, porque sus obras eran inicuas [o malas]” (Juan 3:19). En la antigüedad —durante los días de Noé, un hombre devoto—, Dios destruyó a toda la gente mala que había en la Tierra. En 2 Pedro 3:5-7, la Biblia dice: “El mundo de aquel tiempo sufrió destrucción cuando fue anegado en agua. Pero por la misma palabra los cielos y la tierra que existen ahora están guardados para fuego y están en reserva para el día del juicio y de la destrucción de los hombres impíos”.

El fin del “mundo” de los días de Noé se compara al “día del juicio y de la destrucción” que pronto vendrá. Pero recordemos que en la antigüedad, Dios no destruyó el planeta, sino a “los hombres impíos”, es decir, a sus enemigos. Así mismo, durante el futuro “día del juicio”, Dios acabará con todos los que amen la maldad y decidan ser sus enemigos. No obstante, a sus amigos los protegerá, tal y como protegió a Noé y a su familia (Mateo 24:37-42).

¡Qué bien viviremos cuando Dios quite de en medio todo lo malo que hay en este mundo! No hay duda: el fin del que habla la Biblia es una buena noticia para la humanidad. Sin embargo, usted tal vez se esté preguntando si falta mucho para el fin y qué puede hacer para sobrevivir. Veamos la respuesta que da la Biblia.


EL DÍA DESPUÉS DEL FIN

¿Qué pasará después del fin? Hay muchos pasajes en la Biblia que describen lo que sucederá entonces. Uno de ellos dice que Dios “limpiará toda lágrima” de los ojos de la humanidad y que “la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor”. Además, añade que “las cosas anteriores” caerán en el olvido, pues Dios hará “nuevas todas las cosas” (Revelación 21:4, 5). El fin no tiene por qué suponer el fin de nuestra vida. Dios quiere que sobrevivamos y nos dice cómo lograrlo.


domingo, 3 de mayo de 2015

¿Qué es el Día del Juicio? Preguntas sobre la Biblia.





El Día del Juicio será una época feliz. ¿Por qué?

En la antigüedad, Dios nombró jueces para librar a su pueblo de las injusticias (Jueces 2:18). La Biblia describe el futuro Día del Juicio como una época feliz en la que IEVE, el Juez de toda la Tierra, librará a la humanidad de la injusticia. (Lea Salmo 96:12, 13 e Isaías 26:9.)

Lo logrará mediante Jesús, a quien ha nombrado juez para impartir justicia tanto a los vivos como a los muertos (Hechos 10:42; 17:31). Jesús resucitará durante el Día del Juicio a quienes hayan muerto sin haber conocido al Dios verdadero para que tengan la oportunidad de conocerlo y desarrollar amor por él. (Lea Hechos 24:15.)

¿Cuánto tiempo durará el Día del Juicio?

Según la Biblia, ese día durará mil años. Durante ese tiempo, los muertos serán resucitados y tendrán la oportunidad de conocer a Dios y aprender a obedecerlo (Revelación 20:4, 12). Mucha gente cree que las personas serán juzgadas por lo que hicieron antes de morir. Pero la Biblia muestra que serán juzgadas de acuerdo a lo que hagan después de su resurrección. (Lea Romanos 6:7.)

La Biblia habla de otro día de juicio que llegará de repente justo antes de que empiecen los mil años. A ese día también se le llama el tiempo del fin. En ese juicio, Dios eliminará a la gente malvada (2 Pedro 3:7). Por eso, tenemos que demostrar que amamos a Dios de verdad. (Lea 2 Pedro 3:9, 13.)

viernes, 1 de mayo de 2015

IEVE sabe librar a su pueblo

Lea el artículo anterior:







“IEVE sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa.” (2 PED. 2:9)

¿POR QUÉ PODEMOS ESTAR SEGUROS DE ESTAS REALIDADES?

IEVE conoce el horario de los sucesos que cumplirán su propósito.

IEVE usará su poder para librar a su pueblo.

IEVE sabe cómo se desarrollarán los sucesos más trascendentales.

¿Qué condiciones reinarán durante la “gran tribulación”? CUANDO Dios ejecute su sentencia contra este sistema dominado por Satanás, lo hará de forma totalmente repentina (1 Tes. 5:2, 3). Durante “el gran día de IEVE”, este mundo se hundirá en el caos (Sof. 1:14-17). Las dificultades y privaciones estarán a la orden del día. De hecho, existirá una angustia “como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora” (léase Mateo 24:21, 22).

 ¿A qué situación se enfrentará el pueblo de Dios durante la “gran tribulación”?  ¿Qué nos dará las fuerzas para soportar lo que se avecina? Al ir acercándose la “gran tribulación” a su punto culminante, “Gog de la tierra de Magog” atacará al pueblo de Dios con todos los medios a su alcance. En efecto, se valdrá de “una numerosa fuerza militar [...] como nubes para cubrir el país” (Eze. 38:2, 14-16). En ese momento no saldrá a socorrernos ninguna de las instituciones de este mundo. Nuestra supervivencia dependerá exclusivamente de la intervención divina. ¿Cómo reaccionaremos al vernos cara a cara frente al exterminio?

  Todas las personas que lo aceptamos deberíamos preguntarnos: “¿De verdad creo que él nos conservará vivos durante la gran tribulación?”. Recordemos estas palabras del apóstol Pedro: “Jehová sabe librar de la prueba a personas de devoción piadosa, pero reservar a personas injustas para el día del juicio para que sean cortadas de la existencia” (2 Ped. 2:9). Si meditamos en los actos de liberación que realizó en el pasado, podremos afrontar el futuro con más entereza. Veamos tres ejemplos que fortalecerán nuestra confianza en que IEVE tiene el poder para salvar a su pueblo.

SOBREVIVIERON AL DILUVIO UNIVERSAL

  ¿Por qué era tan importante el horario en el caso del Diluvio? Pensemos en primer lugar en el Diluvio. En este caso, el horario era de suma importancia para el cumplimiento de la voluntad divina. Antes de que se produjera la gran inundación, tenía que llevarse a cabo la colosal tarea de construir el arca y guardar en su interior a los animales. IEVE no esperó a que esta quedara terminada para decidir cuándo caerían las aguas. No dejó abierta la fecha por si la construcción se retrasaba. Más bien, el libro de Génesis muestra que mucho antes de mandarle a Noé que construyera el arca, Dios ya había fijado el momento en que empezaría el Diluvio. ¿Cómo lo sabemos?

  ¿Qué indicó la sentencia divina registrada en Génesis 6:3, y cuándo se dictó? La Biblia señala que IEVE dictó en los cielos la sentencia que hallamos en Génesis 6:3: “No obrará mi espíritu para con el hombre por tiempo indefinido, ya que él también es carne. Por consiguiente, sus días tendrán que llegar a ser ciento veinte años”. ¿Estaba indicando con estas palabras el promedio de vida del ser humano? No. Más bien, lo que estaba dictaminando era cuándo intervendría para borrar la maldad de toda la Tierra. Dado que el Diluvio tuvo lugar en el año 2370 antes de nuestra era, es lógico concluir que Dios hizo esta declaración en el 2490. Para entonces, Noé ya tenía 480 años de edad (Gén. 7:6). Y dos décadas más tarde, en el 2470, nació el primero de sus tres hijos (Gén. 5:32). Faltaban unos cien años para que llegara el Diluvio, y IEVE aún no le había revelado a Noé que desempeñaría una función esencial en la supervivencia del género humano. ¿Cuánto esperó antes de decírselo?

 ¿Cuándo recibió Noé el mandato de construir el arca? Todo indica que Noé no supo lo que iba a hacer Dios sino hasta décadas después. ¿En qué nos basamos para afirmarlo? En la crónica inspirada, la cual señala que cuando se le mandó construir el arca, sus hijos ya eran adultos y estaban casados. IEVE le dijo: “Establezco mi pacto contigo; y tienes que entrar en el arca, tú y tus hijos y tu esposa y las esposas de tus hijos” (Gén. 6:9-18). Por ello, es posible que cuando Noé recibió la comisión de hacer el arca solo quedaran cuarenta o cincuenta años para el Diluvio.

¿De qué manera demostraron fe Noé y su familia?  ¿Cuándo le comunicó Dios a Noé la fecha exacta del Diluvio? Al ir avanzando la construcción, Noé y su familia deben de haberse preguntado cómo se realizaría el propósito divino y cuándo se desataría el Diluvio. Pero su desconocimiento de los detalles no les impidió terminar el arca. Dicen las Escrituras: “Noé procedió a hacer conforme a todo lo que le había mandado Dios. Hizo precisamente así” (Gén. 6:22). Fue tan solo siete días antes de comenzar la inundación —el tiempo justo para que Noé y su familia introdujeran a los animales en el arca— cuando IEVE le reveló la fecha exacta del Diluvio. De este modo, todo estuvo listo “en el año seiscientos de la vida de Noé, en el segundo mes, en el día diecisiete del mes”, el día en que “las compuertas de los cielos fueron abiertas” (Gén. 7:1-5, 11).

 ¿Cómo fortalece el relato del Diluvio nuestra confianza en que IEVE sabe cuándo tiene que liberar a sus siervos? El relato del Diluvio no solo da fe de la capacidad de IEVE como Señor del Tiempo, sino también como Libertador. Cada vez falta menos para el fin de este mundo, y podemos estar seguros de que todo lo que él se ha propuesto se cumplirá en su momento, sí, en el mismo “día y hora” que ha establecido (Mat. 24:36; léase Habacuc 2:3).

LIBERADOS EN EL MAR ROJO

¿De qué manera usó IEVE a su pueblo como un cebo para conducir a los ejércitos egipcios a una trampa? Hasta ahora hemos visto que IEVE controla a la perfección el horario de los sucesos relacionados con su propósito. El segundo ejemplo nos mostrará otra razón por la que podemos confiar en que él librará a su pueblo: empleará su infinito poder para que su voluntad se cumpla sin falta. La capacidad de IEVE de liberar a sus siervos está tan asegurada que en ocasiones los ha utilizado como cebo para atraer a sus enemigos a una trampa. Este fue el caso cuando liberó a los israelitas de la esclavitud en Egipto.

  Es probable que salieran de Egipto unos tres millones de israelitas. Por orden de IEVE, Moisés los dirigió de tal modo que Faraón creyó que andaban perdidos y confusos (léase Éxodo 14:1-4). Sin poder resistirse, Faraón mordió el anzuelo y se lanzó con su ejército detrás de sus anteriores esclavos, acorralándolos en la orilla del mar Rojo, donde no parecían tener escapatoria (Éxo. 14:5-10). La realidad era que los israelitas no corrían el menor peligro. ¿Por qué no? Porque Dios mismo iba a intervenir a favor de su pueblo.

¿Cómo intervino IEVE a favor de su pueblo?  ¿Qué sucedió al final, y qué nos enseña acerca de IEVE este relato? “La columna de nube” que iba delante de los israelitas indicándoles por dónde ir se colocó detrás de ellos, impidiendo que el ejército de Faraón los atacara y dejándolo a oscuras. En cambio, para los israelitas fue una fuente de luz nocturna (léase Éxodo 14:19, 20). Entonces IEVE dividió el mar valiéndose de un poderoso viento del este que llevó a que “la cuenca del mar se convirtiera en suelo seco”. Seguramente, el proceso tomó su tiempo, pues el relato señala que el viento sopló “durante toda la noche” y que “por fin los hijos de Israel fueron por en medio del mar sobre tierra seca”. En comparación con los soldados de Faraón y sus carros de guerra, los israelitas se movían a paso lento. Pero era imposible que los alcanzara aquel ejército, pues IEVE peleaba a favor de ellos. De hecho, “empezó a poner en confusión el campamento de los egipcios. Y siguió quitándoles ruedas a sus carros, de modo que los conducían con dificultad” (Éxo. 14:21-25).

  Una vez que todos los israelitas se encontraron a salvo en la otra orilla, Moisés recibió esta orden: “Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas se vuelvan sobre los egipcios, sus carros de guerra y sus soldados de caballería”. Aunque trataron de escapar del muro de agua que se les venía encima, “IEVE sacudió a los egipcios, echándolos en medio del mar”. La huida fue imposible. “No se dejó que quedara ni siquiera uno solo de entre ellos.” (Éxo. 14:26-28.) De este modo, Dios dejó muy claro que posee el poder necesario para librar a su pueblo de cualquier amenaza.

ESCAPARON DE LA DESTRUCCIÓN DE JERUSALÉN

¿Qué instrucciones dio Jesús a sus seguidores, y posiblemente qué se preguntaron ellos? IEVE sabe perfectamente cómo se desarrollarán los sucesos para que se cumpla su propósito. Este hecho es de suma importancia, como lo ilustra el tercer ejemplo que vamos a examinar: el asedio de Jerusalén en el siglo primero. A través de su Hijo, IEVE dio instrucciones a los cristianos de Jerusalén y Judea para que escaparan de la destrucción de la ciudad, ocurrida en el año 70. Jesús les dijo: “Cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo, [...] los que estén en Judea echen a huir a las montañas” (Mat. 24:15, 16). Ahora bien, ¿cómo se darían cuenta los seguidores de Jesús de que se estaba cumpliendo esa profecía?

 ¿Cómo se fueron aclarando las instrucciones de Jesús por el rumbo que tomaron los acontecimientos? El propio rumbo de los acontecimientos aclaró qué había querido decir Jesús. En el año 66, los ejércitos romanos capitaneados por Cestio Galo llegaron a Jerusalén para sofocar una revuelta judía. Los rebeldes, conocidos por el nombre de celotes, se refugiaron en la fortaleza del templo, y los romanos se pusieron a socavar la muralla del recinto. Los cristianos que se habían mantenido alerta vieron claro el significado de aquellos sucesos: “la cosa repugnante que causa desolación” (el ejército pagano con sus estandartes idólatras) había llegado hasta el “lugar santo” (los muros del templo). Era el momento de que los discípulos de Cristo echaran a “huir a las montañas”. Pero ¿cómo lograrían salir de una ciudad bajo asedio? Estaba a punto de producirse un giro inesperado en la situación.

 ¿Qué instrucciones concretas dio Jesús, y por qué era esencial que sus discípulos las siguieran? ¿De qué dependerá nuestra liberación? Sin razón aparente, Cestio Galo y sus tropas emprendieron la retirada, y los celotes se pusieron a perseguirlos. De pronto, con todos los combatientes fuera de Jerusalén, a los seguidores de Cristo se les presentó la oportunidad de escapar. Jesús les había dicho claramente que dejaran atrás sus bienes materiales y partieran sin demora (léase Mateo 24:17, 18). ¿Era necesaria tanta urgencia? La respuesta no tardaría en quedar manifiesta. A los pocos días, los celotes regresaron y empezaron a obligar a los habitantes de Jerusalén y Judea a apoyarlos en su rebelión. A medida que los distintos bandos judíos luchaban por el poder, las condiciones de vida en la ciudad se deterioraron rápidamente. La huida se hizo cada vez más difícil, hasta que con el regreso de los romanos en el año 70 resultó imposible (Luc. 19:43). Los que se habían demorado acabaron atrapados. Sin embargo, los cristianos que habían obedecido las instrucciones de Jesús de huir a las montañas salvaron su vida. Pudieron constatar personalmente que IEVE sabe librar a sus siervos. ¿Qué lección extraemos de este relato?

 Durante la gran tribulación, cuando vayan ocurriendo los diversos sucesos predichos, los escogidos tendremos que seguir las indicaciones que Dios nos haya dado a través de su Palabra. Tomemos como ejemplo el mandato de Jesús: “Echen a huir a las montañas”. Aunque tendrá aplicación en nuestros tiempos, todavía no sabemos de qué forma deberemos huir. Sin embargo, podemos estar seguros de que IEVE aclarará las instrucciones cuando llegue el momento. Ya que nuestra liberación dependerá de que obedezcamos, hacemos bien en preguntarnos: “¿Cómo suelo reaccionar a la guía que da IEVE hoy? ¿La obedezco de inmediato, o lo pienso dos veces?” (Sant. 3:17).

DIOS NOS FORTALECE PARA LO QUE SE AVECINA

 ¿Qué revela la profecía de Habacuc acerca del ataque que se lanzará contra el pueblo de Dios? Volvamos ahora al ataque de Gog que mencionamos al principio. En una profecía relacionada con este suceso, Habacuc dijo: “Oí, y mi vientre empezó a agitarse; al sonido mis labios temblaron; podredumbre empezó a entrar en mis huesos; y en mi situación estuve agitado, para esperar calladamente el día de la angustia, para [la] subida [que hará IEVE a fin de enfrentarse] al pueblo [es decir, a los ejércitos atacantes], para hacer él incursión contra ellos” (Hab. 3:16). Como vemos, bastó con que el profeta se enterara de lo que sucedería durante el venidero ataque contra el pueblo de Dios para que su estómago se agitara, sus labios temblaran y sus fuerzas flaquearan. La reacción de Habacuc nos permite comprender lo difícil que parecerá nuestra situación cuando las hordas de Gog arremetan contra nosotros. No obstante, al igual que el profeta, debemos esperar y mantener la confianza, seguros de que en su gran día IEVE liberará a su pueblo (Hab. 3:18, 19).

¿Por qué no tenemos motivos para temer el ataque que se avecina?   Los tres ejemplos que acabamos de repasar demuestran sin ningún género de dudas que IEVE sabe librar a su pueblo. Es imposible que su propósito quede sin cumplirse. Tiene la victoria asegurada. Ahora bien, si queremos participar en ese glorioso triunfo, tenemos que permanecer fieles hasta el fin.